lunes, 7 de enero de 2008

Derbi por todo lo alto

Escudo Sevilla FC Sevilla FC 3-0 Real Betis B. Escudo Real Betis B.

PORTENTOSO RECITAL DE UN SEVILLA IRRESISTIBLE

Exhibición de superioridad. Un suntuoso equipo local pasó por encima del eterno rival. Luis Fabiano se confirmó en el derbi con un doblete. Daniel regaló un tanto e hizo otro. El resultado pudo ser mucho más abultado

 Hacía mucho tiempo, bastante, que no se veía un derbi tan plácido en Sevilla. La tradicional igualdad de estos encuentros de máxima rivalidad se rompió esta vez en el Ramón Sánchez Pizjuán. El Sevilla, primoroso en sus formas como nunca, le dio un soberano repaso al eterno rival, una lección de juego, de velocidad bien entendida, de criterio en cada pase, de suculentos avances, de cautivador estilo... El Sevilla fue esta noche un equipo seductor que enamoró a su gente, que la hizo feliz durante noventa minutos, que percutió por el centro, por la derecha, por la izquierda... El Sevilla, absolutamente supremo, goleó con extrema contundencia a un Betis que apenas disparó a portería. Hay que echar la vista muy atrás para encontrar un derbi que diera tanto azúcar a uno de los dos contrincantes. La goleada incluso se antoja exigua, aunque suficiente. Fueron tres los tantos, como Sus Majestades de Oriente. Día de Reyes, día de fiesta y deleite para el sevillismo.

 Por mucho que se haya dicho ya, faltan adjetivos para describir lo que ocurrió en terreno nervionense. La intensidad que tanto reclamaban José María del Nido y el entrenador hace unos días se vio desde el primer minuto. El Sevilla tenía el balón y ponía el ímpetu ante un Betis complaciente que se limitaba a esperar atrás. Las incursiones llevaban cada vez más marchamo de gol conforme avanzaba el cronómetro. Daniel y Navas entraban por la derecha, mientras que Capel comenzaba a sacar tarjetas. El coqueteo con el fondo de las mallas se volvía constante. Sólo la falta de puntería de Kanouté cuando encaraba a Ricardo evitaba el primero. Pero Luis Fabiano enmendaba el error en el minuto 25 con remate inapelable -con la mano de Dios- después de un espléndido servicio de Capel. Con la ventaja en el marcador el ligero viento a favor se convirtió en huracán. Jugaban con gusto los de Jiménez para alborozo del respetable. Comenzaba la plena exhibición.

 Pintaba bien el cuadro y a poco del descanso los nervionenses salpicaban de excelencia el lienzo. Fue con una contra perfecta desde el área contraria. Kanouté a Daniel, Daniel a Luis Fabiano, Luis Fabiano a Kanouté, Kanouté a Capel y Capel brinda un balón con cicuta que no llega a ser rematado por nadie. Pero recupera el Sevilla, el cuero llega a Daniel en el vértice derecho del área. Lo lógico es tirar pero el brasileño por enésima vez demostraba que está un paso por delante de los demás. Levanta la cabeza y con sutileza se la coloca en la testa a Luis Fabiano para que el paulista conectara un testarazo imparable.

El descanso ponía fin a lo que estaba siendo un baile local. El derbi sólo tenía un color y en la reanudación el verde esperanza no pudo desteñir el excelso encuentro que estaban cuajando los nervionenses. Con menos efusión, aunque mismo entusiasmo el Sevilla continuaba llevando la manija. Imponía su ritmo de una manera aplastante y que no llegara el tercero era cuestión de azar. Componía fútbol del bueno el equipo de Jiménez y el definitivo lo firmaba Daniel de falta cuando todavía faltaba media hora para el final. Los olés no cesaron desde entonces. La grada era todo regocijo. Sonaban las palmas, los cánticos con guasa, el Sevilla bordaba en hilo fino un paño de irresistible belleza y el cuarto lo perdonaba en repetidas ocasiones. El silbato de Undiano Mallenco fue cruel cuando faltaba poco para las once de la noche. Finiquitaba un encuentro maravilloso, un derbi memorable, un regalo al sevillismo de once reyes magos vestidos con pantalones cortos.

PD:Simplemente penoso el espectaculo deportivo del betis fue totalmente tuteado por un Sevilla magistral.

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